El lavado de cerebro, (también conocido como reforma del pensamiento, educación o re-educación), consiste en la aplicación de diversas técnicas, coercitivas o no, para cambiar, a cierto grado, las creencias, conducta, pensamiento y comportamiento de un individuo o sociedad, con propósitos políticos, religiosos o cualquier otro.



A lo largo de la historia, se ha recurrido a diversas formas de control del pensamiento de los individuos, pero han sido las sociedades totalitarias del siglo XX las que primero han aplicado conocimientos científicos para mejorar las técnicas de lavado de cerebro, y que hoy en día se aplican como método de curación en psiquiatría, apoyado frecuentemente con el uso de fármacos que inhiben las capacidades cognitivas del paciente.


Otros apoyos empleados secularmente en el lavado de cerebro son el hambre y la privación de proteínas, que producen confusión y credulidad en la capacidad de raciocinio y la privación del sueño, que causa estrés y confusión.



En treinta días se consigue un lavado de cerebro, y aunque ninguna programación es irreversible, si el individuo la acepta durante un periodo de tiempo considerable, ya no hay vuelta atrás, como se ve en los adeptos de diversos credos y filosofías.

George Orwell, en su novela 1984, describió varias técnicas usadas entonces en el lavado de cerebro.



El lavado mental es un método, más o menos eficaz dependiendo del individuo, cuyo objetivo es hacer admitir unas informaciones cualesquiera a otra persona, con la técnica de la repetición hasta que el objetivo sea alcanzado. En ocasiones se utiliza violencia verbal o física para confirmar o crear una jerarquía definida de superioridad entre el lavador y el lavado.



Se habla también del lavado mental realizado por los medios de información sobre la población, el cual puede efectivamente tener a largo plazo el efecto de imponer el punto de vista de los medios sobre la población. El mejor medio de evitar el control de información es utilizar varias fuentes dentro del posible espectro informativo.

No ha de confundirse el lavado mental con la lobotomía, la cual es una operación quirúrgica del cerebro.



Aunque el vocablo "secta" esté relacionado a grupos que posean una misma afinidad, con el paso de los años ha adquirido una connotación más relacionada a grupos radicalizados, generalmente religiosos, tendentes a controlar el pensamiento distinto al suyo, fuera y dentro de su organización. Está presente así, dentro de algunas "sectas": el lavado mental, el lavado de cerebro, el Control mental, la persecución, la explotación humana y sexual, la esclavitud y diversas formas de abusos. Desde el punto de vista sociológico, es un grupo de personas con afinidades comunes (culturales, religiosas, políticas, etc). Habitualmente es un término peyorativo, frente al que ha surgido, el de "nuevos movimientos religiosos".



El término lavado de cerebro se aplica a veces, en algunas sociedades, cuando el gobierno mantiene un control social firme de los medios de comunicación de masas y el sistema de educación, y usa este control para diseminar la propaganda en una escala particularmente intensiva, con efecto global que puede lavar el cerebro a secciones grandes de la población.



Denominada Propaganda (ver), busca influir en el sistema de valores del ciudadano y en su conducta. Se articula a partir de un discurso persuasivo que busca la adhesión del otro a sus intereses. Es de carácter monológico y requiere el recurso al anuncio. Su planteamiento consiste en utilizar una información presentada y difundida masivamente con la intención de apoyar una determinada opinión ideológica o política. Aunque el mensaje contenga información verdadera, es posible que sea incompleta, no contrastada y partidista (desinformación), de forma que no presente un cuadro equilibrado de la opinión en cuestión, que es contemplada siempre en forma asimétrica, subjetiva y emocional. Su uso primario proviene del contexto político, refiriéndose generalmente a los esfuerzos patrocinados por gobiernos o partidos para convencer a las masas; secundariamente se alude a ella como publicidad de empresas privadas.



La reforma del pensamiento ó persuasión coercitiva , como en ocasiones es conocido, es un sinónimo atenuado del Lavado de cerebro, se entiende mejor como un sistema coordinado gradual de influencia coercitiva y de control de conducta diseñada para que artificiosamente y encubiertamente manipule e influya en los individuos, usualmente en una escena preparada por el grupo, con el propósito que los creadores del programa de alguna manera se beneficien, atrayendo adeptos a su causa para el provecho financiero o político.



Se emplea el termino "consciencia", en muchas traducciones de otros idiomas y como un termino opuesto a inconsciente o subconsciente, para nombrar a determinadas funciones de la conciencia, sobre todo las relativas al raciocinio o entendimiento. Así, se habla de estar consciente en oposición a perder el sentido, o de estados de consciencia.



Cada generación será el producto de miles de mentes y ejercerá asimismo su influencia sobre la generación que la sigue. La actividad de la conciencia o mundo interior, puede contribuir a explicar porque no somos iguales a nuestros antepasados y porqué solemos decir que tenemos una mente única, distintas opiniones y emociones variables.



Los lóbulos frontales y los lóbulos temporales de ambos hemisferios cerebrales parecen los encargados de ejercer las actividades especializadas, del pensamiento. No resulta fácil discernir las diferencias entre los dos hemisferios. Se sabe que durante el sueño el "hemisferio mudo" y el "hemisferio ciego" intercambian información.

El hemisferio izquierdo utiliza los mecanismos convencionales para el análisis de los pensamientos que utiliza la consciencia.



Muchas de las actividades atribuidas al inconsciente son propias del hemisferio cerebral derecho, que procesa la información mayoritariamente usando el método de síntesis, componiendo la información a partir de sus elementos, reuniéndolos en un conjunto, un hemisferio integrador centro de las facultades viso-espaciales no verbales, especializado en sensaciones, sentimientos, prosodia y habilidades espaciales; habilidades visuales y sonoras no del lenguaje como las artísticas y musicales. Concibe las situaciones y las estrategias del pensamiento de una forma total. Integra varios tipos de información (sonidos, imágenes, olores, sensaciones) y los transmite como un todo. El método de elaboración utilizado por el hemisferio derecho se ajusta al tipo de respuesta inmediata que se requiere en los procesos visuales y de orientación espacial.



El inconsciente o subconsciente, es una parte de la mente que los psiquiatras consideran que ejerce una influencia importante en la conducta. S Freud fue el primero en difundir que las experiencias de la infancia, aparentemente olvidadas, se almacenan en el inconsciente y son resposables de muchos de los pensamientos y acciones del adulto.



Se admite generalmente que el mundo interior de la mente del adulto depende de la complejidad de la información que el encéfalo recibe durante la infancia. la información recibida por el encefalo contribuye a formar los elementos conscientes o inconscientes de la mente. los trastornos o irregularidades que se experimentan en estas primeras etapas del desarrollo pueden influir en el contenido de la conciencia o sobre el inconsciente. Estas modificaciones pueden manifestarse por sí mismas como emociones beneficiosas, que pueden no obstante expresarse por ejemplo, a través de conductas antisociales. La conciencia parece trazar una línea entre los sentimientos de la que pueden resultar acciones buenas o malas.

Comparado por algunos el subconsciente, con una computadora, su forma de entender la información es distinta a la de la consciencia. Se lo programa de una manera u otra y ejecuta ciegamente, infaliblemente, el programa que se le ha dado. Lo sepa o no el propio individuo.



El programa se establece de una manera muy simple. Hablando con propiedad, son varios los programas que se establecen en el sujeto durante la infancia, a una edad en que su sentido crítico está aún muy poco desarrollado y acepta con facilidad y naturalidad todas las sugerencias provenientes del exterior. Estas sugerencias, base del programa, vienen al principio de los padres, sumándose posteriormente otros adultos, educadores y los individuos con los que el niño se relaciona, que pueden ser de su misma edad,o incluso más jóvenes y de otro sexo, e incluso a falta de seres humanos, animales y sociedades animales. Debido a la característica sociable del ser humano. Una sola palabra o experiencia, puede así marcar la vida y alzar un obstáculo que el individuo no logrará superar en muchos años. Una declaración de amor, una mala noticia, felicitaciones... transforman nuestro ser interior tanto en un sentido como en el otro, y lo más notable es que esas palabras, que en realidad son sugestiones y autosugestiones, ni siquiera necesitan ser ciertas para ejercer un fuerte impacto en alguien, mientras la mente consciente las acepte.



La influencia de la propia imagen no es percibida por la mayoría de la gente. Su imagen se establece principalmente a partir de dos fuentes:

* El mundo exterior, constituido por sus padres, sus educadores, sus amigos y todas las personas que se han cruzado en el camino de su existencia.

* Sus propios pensamientos



Se conoce como desprogramación al proceso de liberar a alguien del control mental al que ha sido sometido. Puesto que el control es una técnica larga y compleja también lo es la desprogramación, por esa razón existen profesionales versados en la materia.

Para lograr la desprogramación, especialmente del control más destructivo, es necesaria la concurrencia de varias circunstancias.

1. Separación del grupo controlador.
2. Descanso físico.
3. Alimentación adecuada.
4. Perseverancia.



Una vez reunidas las circunstancias anteriores, expertos en el tema como Steven Hassan siguen una serie de técnicas desprogramadoras.


1. Establecer relaciones de mutua confianza.


2. Comunicarse con la persona para conocer su situación (¿desea seguir?, ¿siente dudas sobre la bondad de los que le han controlado?, ¿está desencantado pero temeroso?...). L’American Psychological Association a refusé de prendre position parce que les recherches sur la question ne lui apparaissaient pas équilibrées.

 

3. Desarrollar modelos de identidad: cómo era la persona antes de entrar, como es el modelo de personalidad impuesto por el control mental y cual es la personalidad que adopta dentro de la estructura controladora (iniciado, con algo de responsabilidad, controlador...).


4. Poner a las personas en contacto con la identidad original, por eso es tan difícil desprogramar a niños que no tiene una personalidad anterior que recuperar.

 

5. Conseguir cambiar la perspectiva desde la que mira el controlado (la que le impuso el grupo controlador).

 

6. Interrumpir el autoengaño que sistemáticamente se ha enseñado a la persona controlada que haga cuando siente dudas sobre lo que le han enseñado.

 

7. Terminar con las fobias que han implantado a la persona para que no abandone el grupo y mostrarle el bienestar que se puede obtener fuera del grupo.

 

8. Explicar a la persona controlada las características del control mental que ha sufrido.


http://www.taringa.net/posts/ciencia-educacion/9460235/El-lavado-de-cerebro_-info-_-documenta-online.html

 


 


Si, después de tanto hablar sobre ella, voy a dejar de lado por un momento a la astronomía; porque más allá de que sea mi preferida, no es la única ciencia que existe. Por cierto, tampoco voy a hablar sobre partidos políticos; no solo no me interesa en lo mas mínimo, tampoco creo que nadie que haya entrado a este blog espere leer sobre eso. En este artículo voy a tratar acerca de la lateralización cerebral, una de las áreas de estudio de la neurociencia, de vital importancia al momento de comprender como funciona nuestro intrincado cerebro.



Uno de los mejores libros que he leído sobre la evolución y el funcionamiento del cerebro humano es “Los Dragones del Edén: Especulaciones sobre la evolución de la inteligencia humana”, de Carl Sagan. Al observar el nombre completo del libro, uno se preguntaría porque un científico tan respetado como Sagan usaría la palabra “especulaciones” para titularlo, ya que no hay duda que dicha palabra resta seriedad a una publicación científica. Bueno, lo que sucede es que dentro de las ciencias que estudian el funcionamiento del cerebro, la gran mayoría son especulaciones o conjeturas; digamos que no abundan las pruebas empíricas corroboradas sobre el funcionamiento de nuestra intrincada mente. Por el momento, nuestro cerebro presenta tal grado de complejidad para nosotros que aún con nuestros complejos cerebros no podemos comprenderlo completamente (vaya ironía ¿no?).



¿Me arriesgo mucho si comienzo diciendo que nuestro cerebro es todo lo que somos? ¿Me crearé muchos enemigos si digo que eso que suele llamarse “alma” no existe, y que todo lo que nos hace humanos, lo que nos hace percibir el mundo a nuestro alrededor, todos los sentimientos que experimentamos con tanta frecuencia, son solamente reacciones eléctricas y combinaciones químicas en nuestro cerebro? Y créanme, no trato de quitarle la magia a nada; los poetas van a seguir existiendo y el amor va a seguir uniendo a las personas en el mundo (y me encanta que eso se mantenga de esa forma). Pero si queremos comprender concretamente cómo funciona el cerebro, debemos aceptarlo: las inspiraciones poéticas no son más que interacciones eléctricas entre las redes neuronales de cierto hemisferio de nuestro cerebro, y lo que llamamos amor no es más que distintos niveles de secreciones de sustancias químicas y hormonas (serotonina, dopamina y oxitocina, entre otras) a través de diferentes procesos cerebrales. Cuando se acelera el pulso y se entrecorta la respiración al estar frente a la persona amada, no sucede por una mágica conexión abstracta llamada “amor”, sino porque se están liberando varias combinaciones de sustancias químicas en el cerebro que producen dichos efectos; lo siento si esto rompe el esquema romántico de alguien, pero es así.



Muchas personas suelen afirmar que el cerebro es una parte muy importante en nosotros, que nuestros pensamientos e ideas se encuentran allí. Pues yo iría un paso más lejos y diría que el cerebro somos nosotros, que no debe tomarse al cerebro como una parte de uno, sino que uno mismo es todo lo que sucede dentro del cerebro; y no solo nuestros pensamientos e ideas se producen allí, sino también todos nuestros sentimientos, acciones, sensaciones, percepciones, ensoñaciones y cualquier otra cosa que puedan imaginar. Pero ¿todo esto se produce de manera uniforme en la totalidad del cerebro? Y es aquí a donde quería llegar; la respuesta es no: diversos estudios sobre la estructura y el funcionamiento cerebral han demostrado que el cerebro se encuentra dividido y en cada una de estas divisiones se producen procesos muy diferentes. Echemos un vistazo a eso.



Aunque se pueden establecer diferentes clases de divisiones en el cerebro humano de acuerdo a lo que se desee estudiar, como ser divisiones corticales o divisiones funcionales, la que realmente me interesa analizar en este momento es aquella que llamamos “lateralización cerebral”: la división del cerebro en dos hemisferios. Se han encontrado muchas diferencias entre los hemisferios, tanto a nivel anatómico como en la distribución de neurotransmisores; pero lo más interesante acerca de esta división es que cada uno de los hemisferios se encuentra dedicado o especializado en diferentes funciones cognoscitivas. Un dato importante al respecto es que dicha separación hemisférica de funciones cerebrales se da únicamente en los seres humanos, no presentándose en el resto de los animales. Una de las posibles explicaciones a esto es que dicha división cerebral, con la subsecuente especialización de funciones, surgiera cuando apareció el lenguaje y la lógica en el ser humano primitivo; y era tal el nivel de energía y almacenamiento requerido para la formación de estas nuevas y complejas formas de pensamiento que fue necesario “dedicar” parte del cerebro a ellas.



Por un lado tenemos el hemisferio izquierdo del cerebro, también llamado hemisferio racional, de acuerdo a las clases de funciones que priman en este. La mayoría de los procesos mentales que nos catalogan como animales racionales y evolucionados se presentan en este hemisferio. Todo aquello relacionado con el lenguaje, como ser la lectura, la escritura y el habla, es predominante en las diferentes áreas del hemisferio izquierdo. Del mismo modo, procesos complejos como la realización de operaciones aritméticas y el cálculo matemático rigen también en este hemisferio.



Por otro lado encontramos el hemisferio derecho del cerebro, relacionado con las funciones intuitivas que por lo general no acarrean un nivel de complejidad tan elevado como aquellas que se presentan en el hemisferio izquierdo. La imaginación y la creatividad en sentido genérico son funciones primordiales de este hemisferio. Del mismo modo se dan aquí el reconocimiento de configuraciones, la construcción espacial y la identificación facial.



Otro tema interesante acerca de la separación hemisférica de nuestro cerebro se relaciona con el cruce entre cada hemisferio específico y la parte del cuerpo que controla; es decir que cada hemisferio del cerebro interactúa principalmente con una mitad del cuerpo, pero lo hace de manera entrecruzada: el hemisferio izquierdo del cerebro interactúa con el lado derecho de nuestro cuerpo, y viceversa. La parte del campo visual que percibimos con el ojo derecho es procesado por el lado izquierdo del cerebro, y viceversa. El hemisferio izquierdo del cerebro da las órdenes a la mano y pierna derecha, y viceversa. Lo mismo se aplica para el sentido auditivo, aquello que escuchamos con el oído derecho es asimilado por el hemisferio izquierdo, y viceversa. El único sentido al cual no se aplica esta regla es el olfato; se cree que este sentido es tan antiguo y primitivo en los animales que pudo aparecer incluso antes de la lateralización del cerebro.



De todos modos, como aclaré al principio, todas estas siguen siendo especulaciones basadas en diferentes teorías y experimentos. Se han dado casos de pacientes a los que se extirpó una porción importante de cierto hemisferio cerebral y consecuentemente perdieron la capacidad para ciertas funciones especificas relacionadas con ese hemisferio. Pero también se han dado casos donde personas con partes de hemisferios extirpadas recuperaban las funciones del mismo, que parecían ser realizadas con total normalidad por el hemisferio opuesto, en lo que podría ser un sistema de redundancia y conexión entre las dos partes. Ha habido también casos extremos donde personas con hasta el ochenta por ciento del cerebro extirpado pudieron, después de algún tiempo de recuperación, continuar realizando todas sus actividades con casi total normalidad. Por lo tanto cuando nos referimos al estudio de nuestro cerebro aún no existen explicaciones completas e irrefutables, aun no existen datos ciento por ciento certeros sobre su funcionamiento. Hay cosas para las cuales nuestro cerebro aun no está lo suficientemente avanzado, o especializado, o evolucionado como para comprenderlas completamente, y una de ellas es a sí mismo.