Inestabilidad Emocional


¿Hoy detestas lo que ayer amabas?

Si pasas de la pasión a la indiferencia a la velocidad de la luz, empiezas actividades que luego te aburren y la palabra permanencia te da pavura, ¡alerta!. La inestabilidad emocional hace sufrir mucho al que la padece...y a los que se cruzan en su camino.

 

¿Qué es?

Es un rasgo de la personalidad que se caracteriza por una variación en los sentimientos y los estados emotivos, como por los altibajos del ánimo, sin motivo o por causas insignificantes.

 

Un problema pendiente a resolver

La persona inestable vive en una montaña rusa emocional:va dando tumbos en el terreno emocional, incapaz de conservar los afectos porque los cambia según cambia el viento. Y, aunque da la impresión de ser feliz, vive con la pesada carga de no poder consolidar algo permanente.

Sin saberlo, la persona emocionalmente inestable busca el cambio continuo para no enfrentarse a sí mismo.

En cierto modo, los síntomas se parecen a los del trastorno bipolar (neurosis maníaco-depresiva), pero en miniatura.

 

¿Cómo se manifiesta?

Períodos de tristeza y abatimiento, incapacidad para experimentar placer compartido, desinterés por todo, tedio e irritabilidad.
Estados de euforia. Pasan por períodos de intenso optimismo: cantar exageradamente (llamada de atención) soberbia, se ilusionan y entablan relaciones fácilmente: ¡Cuidado!; esa gente es la que después lo cansará.
Inconstancia para perseverar en una tarea u objetivo marcado.
Intolerancia. Baja tolerancia a las frustraciones. Siempre hay que hacer lo que ellos dicen,   se creen en posesión de la verdad.
Débil control emocional; es decir, tendencia a la labilidad.
Talante enamoradizo, derivado de una gran dependencia afectiva no reconocida.
Baja autoestima, lo que alimenta la desconfianza en los demás.

 

Incapacidad de separar

Las personas inestables afectivamente tienen una gran dificultad para separar los diferentes ámbitos de su vida; si tienen conflictos familiares, los trasladan a la pareja, el trabajo o los amigos. Suelen ser dependientes e inseguros: necesitan apoyarse en muchos pilares y en cuanto uno falla se ven asaltados por un sentimiento destructivo que irradia hacia otras situaciones de su vida. De ahí que rompan con lo que más necesitan antes de tener que enfrentarse a la posibilidad, aún remota, de que también falle.

Con un bajo umbral de tolerancia a las frustraciones y pocos recursos internos, es frecuente que constantemente pongan a prueba a los demás: necesitan asegurarse de que, si llega el caso, podrían contar con su ayuda.

 

¿Qué hacer?

Dado que éste es un proceso inconsciente, lo más aconsejable sería buscar ayuda psicoterapéutica, para superar inseguridades o, lo que es lo mismo, reforzar la autoestima.

Lic. Amalia M. Novatti
Psicóloga

Agosto 2003

 

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