Los efectos del microondas en los alimentos y en la salud  

 

 

“Las microondas «cuecen» los alimentos alternando la polaridad magnética de sus átomos miles de veces por segundo, cambiando su estructura, y produciendo calor por la fricción de los átomos, dando al alimento la apariencia, la textura y el sabor de un alimento cocido. Esta alteración artificial de la polaridad electromagnética rompe las paredes de las células de los alimentos, liberando enormes cantidades de radicales libres muy reactivos que entonces se consumen junto los alimentos”
Daniel Reid


Omnipresente en la mayoría de los hogares, los hornos microondas nos acompañan desde los 70 y la industria nos los vendió como un beneficio en tiempo y asegurándonos que no afectaba nutricionalmente a los alimentos, ni perjudicaba la salud.

 

Desde el mismo momento que entraron en el mercado existen voces de investigadores y expertos en alimentación natural alertando sobre sus efectos y riesgos. Estas voces han tenido muy poca repercusión mediática y los primeros autores fueron sancionados y desmentidos (inglés-castellano). Y además, internet ayuda poco y circulan textos de baja calidad que de tanto corta y pega han perdido las fuentes bibliográficas originales y la credibilidad.

 

Aun así, no hay curso de vida sana, ni alimentación natural ni terapeuta holístico que no te prohíba desde el primer día el uso del microondas por los siguientes motivos:

 

  • Estos hornos cambian la estructura molecular de los alimentos porque las microondas los cuecen alterando la polaridad magnética de los átomos miles de veces por segundo
  • Se destruyen las enzimas y parte de los nutrientes, como los antioxidantes
  • Aumentan los radicales libres que son perjudiciales
  • Es la técnica de cocción más invasiva de la historia y totalmente inversa a lo tradicional. El fuego, el gas, la electricidad o la vitrocerámica calientan un recipiente y éste al alimento, pero el microondas actúa directamente sobre el producto. Las ondas electromagnéticas hacen vibrar las moléculas de agua de los alimentos motivando una fricción que genera calor, de dentro a fuera. Y esto altera la estructura química de los alimentos
  • Las paredes celulares de las verduras al microondas aparecen totalmente desgarradas vistas al microscopio
  • El consumo de alimentados calentados/cocinados en microondas debilita el sistema inmunológico y está relacionado con diferentes enfermedades

 

A continuación adjunto un texto del experto en vida sana Daniel Reid en su libro “El Tao de la salud, el sexo y la larga vida II” (página 155) donde explica con más detalle estos datos y abajo incluimos más bibliografía:

 

“Los hornos de microondas son electrodomésticos omnipresentes en las cocinas de Estados Unidos y en muchas de Europa occidental, tanto en las casas como en los restaurantes y su empleo va en aumento.

 

Es significativo que las normas de seguridad rusas respecto a la exposición de las personas a las microondas sean mil veces más rigurosas que las estadounidenes. Los rusos lo saben muy bien: durante años bombardearon a base de microondas la embajada de Estados Unidos en Moscú, lo que tuvo como resultado varios casos de cáncer y otros problemas de salud. Sin embargo, en Estados Unidos la publicidad anuncia los hornos de microondas diciendo que no representan ningún riesgo para la salud.

 

 

Las microondas se parecen mucho a los rayos X en el espectro electromagnético; muchos estudios, desdeñados por las agencias sanitarias gubernamentales estadounidenses, han advertido de los graves riesgos para la salud que supone la exposición a las microondas.

Las microondas «cuecen» los alimentos alternando la polaridad magnética de sus átomos miles de veces por segundo, cambiando su estructura, y produciendo calor por la fricción de los átomos, dando al alimento la apariencia, la apariencia, la textura y el sabor de un alimento cocido.

 

Esta alteración artificial de la polaridad electromagnética rompe las paredes de las células de los alimentos, liberando enormes cantidades de radicales libres muy reactivos que entonces se consumen junto los alimentos. Así pues, la cocción por microondas no sólo destruye las enzimas de los elementos nutritivos y la energía potencial de los alimentos, sino que también los impregna de radicales libres, y se sabe que los radicales libres son cancerígenos, inmunosupresores y causa importante de envejecimiento y degeneración”
Daniel Reid

 

Existen datos en inglés sobre los peligros de los microondas, pero suelen ser repeticiones de los mismos estudios. Destacamos:

 

Estos artículos mencionan estudios sobre la influencia electroquímica en el cuerpo de Robert O. Becker,  autor de “The Body Electric” y de Ellen Sugarman, autora de “Warning, the Electricity Around You May Be Hazardous to Your Health

 

 

Y también se citan como pioneros al Dr. Hans Hertel y el Dr. Bernard H. Blanc del Swiss Federal Institute of Technology y University Institute for Biochemistry de Lausanne porque fueron los primeros en  en llevar a cabo un estudio clínico sobre los efectos de los microondas en los alimentos y en la sangre humana llegando a la conclusión que alteraba los nutrientes y que tenía efectos cancerígenos. Pero otros blogueros han intentado confirmar estas fuentes y no les ha sido posible, y otros desacreditan cómo se hizo el estudio. Con lo cual, esta última información podríamos ponerla en cuarentena, pero teniendo en cuenta que no invalida el resto porque estamos hablando de muchos autores, en diferentes países y en diferentes fechas que llegan a similares conclusiones.

Existe un estudio sobre cristalización sensible (francés-castellano) que afirma lo siguiente:

 

 

“En la prestigiosa revista médica británica “The Lancet” de marzo de 1990, se documenta el trabajo de un equipo austriaco mostrando como el hecho de calentar la leche en horno microondas modifica la fórmula de sus aminoácidos, denominados prolina e hidroxiprolina. Ciertos aminoácidos de este modo se volverían tóxicos para el sistema nervioso, sobre todo al ser ingeridos regularmente. Su consumo también tendría efectos negativos sobre riñones e hígado”

 

NUESTRA OPINIÓN PERSONAL

Hace 10 años recibimos esta información en los cursos de vida sana de Lola Feliu, en concreto sobre el caso en un hospital estadounidense donde por descuido se había calentado el plasma para transfusiones en microondas y el paciente había muerto (detallado aquí : “Microwaved blood kills patient”) y que fue el desencadenante de posteriores estudios que demostraron los cambios que este tipo de hornos producen en la estructura molecular de lo que se calienta dentro, y fue suficiente para que desterrásemos el microondas de nuestras vidas.

 

Nunca lo hemos echado de menos. Te acostumbras rápidamente a calentar la comida en un cacito y fregarlo. Son apenas unos minutos que merecen la pena.

 

Desde entonces, hemos recibido confirmaciones de estos datos de numerosos terapeutas, incluidos médicos.

 

Los peligros de los microondas no son leyenda urbana ni hoax. Es cierto que abundan los artículos poco creíbles, pero también lo es que existen los rigurosos, y aunque en los foros de internet se ridiculizan estos estudios considerándolos pseudo-ciencia, en nuestra cocina cada uno tenemos el poder y la última palabra.


  • Los que no crean que hay pérdida de nutrientes ni de energía vital de los alimentos porque no se ve y no lo han documentado en los medios oficiales, que disfruten de su comida y que aprovechen las numerosas ofertas de microondas, que hoy en día son muy baratos.
  • Pero para los que consideren coherentes estos datos y estén abiertos a un nuevo paradigma científico que tiene en cuenta la dimensión energética, que lleven su microondas al punto de reciclaje de su zona. Es un electrodoméstico tan inservible y perjudicial que no merece la pena ni regalarlo.

 

La opción es elegir buenos alimentos y cocinarlos de la forma tradicional para que mantengan sus propiedades y no les ocurra como a las vitaminas del chiste…